En los primeros años de la década de 2000, las extensiones para navegadores comenzaron a captar la atención generalizada tras su adopción por los navegadores Firefox y Chromium. Desde entonces, su popularidad ha seguido en constante aumento, convirtiéndose en herramientas comunes entre los usuarios promedio, quienes generalmente tienen al menos una instalada, como puede ser un bloqueador de anuncios. No obstante, la seguridad de estas extensiones sigue siendo una preocupación, con investigaciones dispersas entre informes de errores individuales y cobertura de extensiones maliciosas de Chrome.
Una extensión de navegador está compuesta por un conjunto de archivos HTML, CSS y JavaScript que trabajan en conjunto para mejorar la experiencia de navegación. Estos archivos suelen ejecutarse en su propio dominio, identificado por la extensión. Un elemento crucial en su estructura es el archivo de configuración manifest.json
, que lista la identificación de la extensión, los permisos necesarios y la accesibilidad de la misma. Con la evolución del ecosistema de navegadores, este archivo ha implementado configuraciones de seguridad más estrictas.
El análisis de la estructura de las extensiones revela tres contextos principales de ejecución: el script de página web, el popup y el contexto de fondo. Este último es el más poderoso, ya que puede acceder a la mayoría de las API de extensiones de navegador, y sus capacidades se controlan mediante los permisos solicitados en el archivo manifest.json
. Revisar estos permisos antes de instalar una extensión es crucial para proteger la experiencia de navegación del usuario.
El script de contenido permite la interacción con el DOM de las páginas web visitadas por el usuario, facilitando tareas como la traducción de textos. Aunque este script no puede acceder directamente al DOM, sí enriquece la navegación.
El contexto de popup se forma por el HTML y JavaScript que componen el menú que aparece al hacer clic en el icono de la extensión, permitiendo al usuario interactuar directamente con sus funcionalidades.
La seguridad de las extensiones se enfrenta a riesgos de vulnerabilidades clásicas en JavaScript. El Content Security Policy (CSP) es fundamental en su protección, imponiendo restricciones como la prohibición de unsafe-inline
en las extensiones, lo que ayuda a prevenir vulnerabilidades de XSS (Cross-site Scripting).
Las versiones de manifest más recientes han mejorado la seguridad al requerir permisos explícitos para acciones críticas como el envío de cookies, reduciendo así la posibilidad de ataques de tipo SSRF (Server-Side Request Forgery).
Así, aunque las extensiones de navegador son valiosas para personalizar y mejorar la navegación, es esencial que tanto desarrolladores como usuarios finales sean conscientes de los posibles riesgos de seguridad. Adoptar prácticas seguras en el desarrollo y realizar auditorías constantes son medidas clave para prevenir vulnerabilidades que comprometan la integridad del navegador y la privacidad del usuario.