Cirugía Personalizada: Recuperando movimiento y bienestar en cada paciente

Belén Garmendiaz

La artrosis se presenta como una de las enfermedades degenerativas más frecuentes en las articulaciones, afectando principalmente a la rodilla, la cadera y el hombro. Esta afección provoca un desgaste progresivo del cartílago, lo que se traduce en dolor, rigidez e inflamación, complicando tareas cotidianas como caminar o vestirse. La gestión de la artrosis demanda un diagnóstico preciso junto a un enfoque terapéutico que incluye desde ejercicios terapéuticos y fisioterapia hasta infiltraciones, y en algunos casos, cirugías.

El doctor Andrés Borja Jara, especialista en Traumatología del Hospital Quirónsalud Vitoria, resalta que a pesar del vínculo entre el envejecimiento y la artrosis, esta no es exclusiva de las personas mayores. Factores como el estilo de vida sedentario, el sobrepeso y las lesiones mal curadas son determinantes en su aparición y progresión.

El enfoque inicial en el tratamiento de la artrosis se centra en la fisioterapia, el ejercicio y la modificación del estilo de vida. Las infiltraciones son consideradas cuando estas medidas no son suficientes. La cirugía surge como una alternativa cuando el dolor persiste o la función articular se ve comprometida debido a daños irreversibles.

Cada intervención quirúrgica se personaliza según el daño articular. El doctor Borja Jara enfatiza la importancia de adaptar el tratamiento para recuperar movimiento y bienestar. Se buscan técnicas que preserven la articulación como la artroscopia u osteotomía y, en situaciones de daño severo, se recurre a prótesis para restablecer la autonomía y calidad de vida del paciente.

Los avances en los últimos años han permitido perfeccionar técnicas mínimamente invasivas y han incorporado la asistencia digital y robótica, ofreciendo mayor precisión en las cirugías. Las terapias biológicas y los implantes más duraderos, junto con protocolos de rehabilitación más efectivos, fomentan una recuperación rápida.

La rehabilitación tras cirugía varía dependiendo del paciente y la técnica utilizada. El doctor Jara menciona una movilización a temprana etapa, con apoyo de muletas y fisioterapia conforme se vaya progresando. El tiempo de recuperación puede extenderse de tres meses a un año, según la articulación y el procedimiento, siendo crucial establecer expectativas realistas sobre la recuperación del dolor y la autonomía desde el inicio del tratamiento.

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