De los BBS a TikTok: la historia (y las consecuencias) de 50 años de vida en red

Mucho antes de que un gesto con el pulgar definiera la aprobación social, ya había comunidades digitales tecleando en terminales monocromo. La historia de las redes sociales es, en realidad, la historia de cómo la humanidad fue trasladando sus vínculos, sus pasiones y sus conflictos a una capa digital cada vez más ubicua. Del zumbido de un módem de 56k a los vídeos verticales que consumimos a 1,25x en el metro, medio siglo de experimentación social y tecnológica ha convertido a las redes en infraestructura de la vida pública.

A continuación, un recorrido periodístico —y necesariamente incompleto— por las piezas que han ido encajando hasta el ecosistema actual.


1) La arqueología de lo social: BBS, CompuServe y Prodigy

En 1978, los Bulletin Board Systems (BBS) de Ward Christensen y Randy Suess en Chicago inauguraron la idea de una comunidad digital accesible desde casa, con perfiles, mensajes públicos y correos privados. La conexión era por línea telefónica, la interfaz espartana, pero el molde social estaba ahí.

A mediados de los 80, servicios como CompuServe (1979) o Prodigy (1984) llevaron la experiencia a más gente con foros, correo y salas de chat. Eran jardines vallados con suscripción, pero consolidaron hábitos: buscar tribu, compartir y debatir.


2) La oleada pre-Web 2.0: foros, IRC y mensajeros

Con la popularización de Internet en los 90, aparecieron foros temáticos por miles. GeoCities (1994) permitió crear páginas personales agrupadas por “barrios”, un precursor de la sociabilidad por intereses. En paralelo, el chat IRCInternet Relay Chat, creado en 1988— cimentó la conversación sincrónica y comunitaria.

El salto de “estar en línea” a “estar con los tuyos” llegó con los mensajeros: ICQ (1996), AOL Instant Messenger (1997) y MSN Messenger (1999) hicieron de la lista de contactos un mapa emocional.

Y en 1997, Six Degrees combinó por primera vez en la web perfiles, lista de amigos y navegación por amistades. Cerró en 2001, pero dejó un patrón que ya no abandonaría al sector.


3) 2002–2005: Friendster, LinkedIn, MySpace y la sensación de novedad perpetua

Friendster (2002) fue el primer fenómeno masivo, con millones de usuarios en meses y la idea de los grados de separación aplicada al ocio. Sufrió por problemas técnicos y gestión, pero en Asia resistió años. LinkedIn (2003) demostró que una red con propósito —empleo, reputación, negocio— podía prosperar. Y MySpace (2003) coronó el “hazlo tuyo”: HTML, CSS, música, bandas emergentes y un estilo que convirtió a la plataforma en la más visitada de EE. UU. en 2006.

La lección de esos años: personalización, música y audiencias podían convivir y escalar… hasta que el ruido, el spam y la fragmentación de la experiencia pedían una curaduría más exigente.


4) 2004–2010: Facebook impone el nombre real… y el news feed

Facebook (2004) aterrizó con diseño limpio, identidades reales (e-mails universitarios) y expansión por círculos. Su gran invento de 2006, el News Feed, cambió todo: ya no había que ir a buscar; la información venía a ti. El Me gusta (2009) simplificó el gesto social a un bit. En 2007, la plataforma de desarrolladores atrajo juegos y aplicaciones virales.

En 2008, Facebook superó a MySpace; en 2012, alcanzó 1.000 millones de usuarios. La promesa era clara: personas reales, nombres reales y una única identidad que vertebraba el resto de la web.


5) Microblogging y la inmediatez: Twitter y Tumblr

Twitter (2006) redujo el mundo a 140 caracteres (hoy 280). Se convirtió en barra de noticias, megáfono y canal de servicio. Su diseño favoreció la sincronicidad: eventos en directo, hashtags, conversación global.

Tumblr (2007), a medio camino entre blog y red social, cultivó comunidades creativas y fandoms con un reblog que distribuía contenidos como ráfagas. Etiquetas, GIFs y una estética DIY lo hicieron inolvidable para una generación.


6) La revolución visual: Instagram, Pinterest y Snapchat

Instagram (2010) apostó por la fotografía móvil perfecta: filtros, feed vertical y un flujo de publicación impecable. En 2012, Facebook la compró por 1.000 millones de dólares; hoy supera 2.000 millones de usuarios. Pinterest (2010) organizó la inspiración por tableros (bodas, recetas, decoración), y Snapchat (2011) inventó lo efímero —mensajes que se autodestruyen— y popularizó las Stories (2013), formato que migraría a Instagram, Facebook y WhatsApp.


7) Consolidación y “super apps”: 2014–2018

Facebook —ya Metacerró el círculo con WhatsApp (2014) e Instagram: control de mensajería, fotos y red social generalista. En paralelo, WeChat (China) integró pagos, comercio y servicios hasta convertirse en infraestructura de vida diaria. La mensajería dejó de ser un aditamento para convertirse en plaza central.


8) El vídeo corto y el algoritmo como editor: TikTok

TikTok (2017; fusión con Musical.ly en 2018) rompió el molde: en vez de priorizar grafos sociales, priorizó interés. Su algoritmo entrega un feed hiperpersonalizado a partir del comportamiento, no de a quién sigues. Con edición accesible, tendencias y formato vertical a pantalla completa, fue la app más descargada en 2020–2021 y alcanzó 1.000 millones de usuarios a velocidad récord.

La respuesta fue mimética: Reels (2020) de Instagram y Shorts (2021) de YouTube asumieron que el vídeo corto vertical es el formato dominante del momento.


9) 2020–2025: audio, IA y nuevas bifurcaciones

  • Audio social: Clubhouse (2020) popularizó las salas en vivo; Twitter Spaces replicó la idea. El boom se moderó, pero el formato se quedó en nichos.
  • Metaverso y Web3: Meta apostó por experiencias VR (Horizon Worlds). En paralelo, asomaron redes descentralizadas (Mastodon) y plataformas Web3; su adopción masiva sigue por ver.
  • IA por dentro: algoritmos de recomendación y herramientas generativas se integraron en la creación y edición —filtros, resúmenes automáticos, moderación—. Desde 2023–2024, la IA genera contenido dentro de las propias plataformas.
  • Alternativas a X (Twitter): Threads (2023, Meta) firmó el crecimiento más rápido hasta entonces (100 millones en días). Bluesky y otras propuestas federadas progresan a su ritmo.

10) El otro espejo: España y otros ecosistemas

La historia global tiene ecos locales. En España, Tuenti (2006) fue rite of passage para millones de adolescentes antes de reconvertirse en operador móvil. En Brasil, Orkut (2004) reinó años; en Rusia, VK (2006) consolidó un universo propio. Cada mercado negoció a su manera el equilibrio entre globalización y culturalidad.


Impacto: comunicación, política, salud mental… y una democracia bajo presión

Las redes sociales democratizaron la voz: cualquiera puede ser emisor, medio y audiencia a la vez. Han sido palanca para movimientos como la Primavera Árabe (2011), #MeToo (2017) o Black Lives Matter, y, al tiempo, superautopistas para la desinformación, la polarización y la manipulación.

La relación con la salud mental —especialmente en jóvenes— ocupa hoy a reguladores, clínicos y familias: diseños adictivos, comparación social y economía de la atención plantean preguntas incómodas. También las campañas políticas y los procesos electorales lidian con microsegmentación, bots y cámaras de eco.

La privacidad y el uso de datos siguen bajo escrutinio. La tensión entre libertad de expresión y moderación de contenidos no ofrece soluciones mágicas, solo trade-offs que cambian con cada plataforma y jurisdicción.


¿Hacia dónde va esto?

  • Más IA en la edición, la curación y la personalización extrema de feeds y anuncios.
  • AR/VR con fricción reducida, integrada en la cámara y en experiencias de compra y ocio.
  • Comercio social más natural (del descubrimiento a la transacción en un gesto).
  • Privacidad como propuesta de valor y salud digital como diferencial.
  • Un mercado en tensión entre fragmentación (nichos, redes verticales) y consolidación (grupos con múltiples tentáculos).

Quizá lo más honesto sea admitir que las redes ya no son “una app”, sino una capa que atraviesa medios, juegos, comercio, política y vida social. Lo que empezó como tablones de anuncios es hoy infraestructura: conecta barrios, parlamentos, mercados y amistades. Y, como toda infraestructura, necesita mantenimiento, reglas y responsabilidad.


Conclusión: una transformación que apenas empieza

De los BBS al vídeo corto, de GeoCities a TikTok, hemos pasado de conectar módems a conectar identidades y economías enteras. La pregunta ya no es si las redes sociales seguirán con nosotros, sino cómo queremos que lo hagan. Entre el potencial (acceso, comunidad, oportunidad) y el riesgo (abusos, desinformación, adicción), la sociedad tendrá que negociar nuevos equilibrios. La historia de las redes sociales, al fin y al cabo, es la historia de cómo nos organizamos cuando la distancia deja de importar.


Preguntas frecuentes

¿Cuál fue la primera red social “moderna”?
Muchos historiadores apuntan a Six Degrees (1997) como la primera en combinar perfiles, lista de amigos y navegación por amistades en la web. Cerró en 2001, pero marcó el patrón que seguirían Friendster, MySpace y Facebook.

¿Por qué TikTok cambió tanto el panorama?
Porque prioriza interés sobre relaciones: su feed For You recomienda contenido según comportamiento, no solo en función de a quién sigues. Con edición sencilla, tendencias y formato vertical, optimizó el descubrimiento y estandarizó el vídeo corto.

¿Qué papel juega la IA en las redes actuales?
La IA está en todas partes: recomendaciones, moderación, edición (filtros, captioning), traducción, resúmenes y, más recientemente, generación de contenido dentro de las propias plataformas. La tendencia es a personalización más fina y automatización de tareas creativas.

¿Qué redes marcaron a España de forma especial?
Además de las globales, Tuenti tuvo un impacto notable entre 2006 y 2012 como red de referencia para adolescentes y estudiantes. También Messenger y los foros temáticos (Meristation, Forocoches, etc.) moldearon hábitos locales antes de la hegemonía de las big tech.

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