El Internet Archive, la organización sin ánimo de lucro conocida por conservar miles de millones de páginas web y publicaciones digitales, ha sido oficialmente designado como biblioteca depositaria federal de los Estados Unidos. El reconocimiento, concedido por el senador californiano Alex Padilla mediante una carta dirigida a la Oficina de Publicaciones del Gobierno (GPO), supone un paso clave en la modernización del acceso ciudadano a los documentos gubernamentales.
La decisión sitúa al Internet Archive dentro de una red histórica de más de 1.100 bibliotecas depositarias en todo el país, cuya misión es preservar y ofrecer acceso público a publicaciones oficiales del gobierno federal. Desde mapas y estudios ambientales hasta registros del Congreso y boletines científicos, el objetivo es garantizar la transparencia institucional y la educación cívica de generaciones presentes y futuras.
Lo que hace singular esta incorporación es que, por primera vez, una biblioteca eminentemente digital entra en este programa. En palabras del senador Padilla: “El enfoque digital del Archive lo convierte en el candidato perfecto para una biblioteca depositaria moderna, ampliando el acceso a publicaciones gubernamentales en un mundo cada vez más digital”. El senador destacó además su papel a la hora de “derribar barreras históricas de acceso al conocimiento”.
Para el Internet Archive, con sede en San Francisco y fundado en 1996, esta designación es un espaldarazo institucional a décadas de trabajo pionero en la digitalización y preservación de contenidos. Su fundador, Brewster Kahle, celebró la noticia como una evolución lógica: “Aunque siempre hemos funcionado como biblioteca, esta nueva condición nos acerca aún más a la fuente de los documentos oficiales y refuerza nuestra colaboración con otras instituciones”.
El Archive no solo aloja millones de libros, películas, audios y programas informáticos de dominio público, sino que es también responsable de la famosa Wayback Machine, una herramienta que permite ver versiones archivadas de páginas web desde finales de los años noventa. Esta base de datos ha resultado fundamental en momentos críticos, como la desaparición de contenidos relacionados con cambio climático o derechos reproductivos en sitios oficiales tras cambios políticos.
Uno de sus proyectos más ambiciosos, Democracy’s Library, ha servido como plataforma para alojar gratuitamente miles de publicaciones gubernamentales. La inclusión en el Programa de Bibliotecas Depositarias Federales permitirá ahora recibir directamente estos documentos desde su origen, lo que facilita su procesamiento y puesta a disposición pública de forma más ágil y fiable.
La ironía del momento es que este reconocimiento llega cuando el Internet Archive enfrenta múltiples frentes legales. Entre ellos, una larga disputa con grandes editoriales por el préstamo digital de libros escaneados, y demandas recientes de discográficas por su proyecto de conservación de discos antiguos de 78 RPM. Estas batallas legales han obligado al Archive a retirar cientos de miles de títulos, y podrían acarrear sanciones millonarias que amenazan su viabilidad.
Pese a las dificultades, el apoyo de instituciones públicas y académicas no ha cesado. Numerosos bibliotecarios universitarios y colectivos de autores han defendido públicamente la labor del Archive como un pilar del acceso libre a la cultura y la información. En su defensa, han calificado al Internet Archive como “la biblioteca más significativa que ha emergido en décadas”.
La GPO, responsable del Programa de Bibliotecas Depositarias desde su fundación en 1813, ha iniciado en los últimos años un proceso de modernización para digitalizar sus fondos, conscientes de que la consulta física es cada vez menos viable. La incorporación del Internet Archive representa una alianza estratégica: experiencia en digitalización, infraestructura tecnológica y una comunidad global de usuarios.
De hecho, el Archive espera alcanzar en octubre un hito simbólico: haber archivado 1 billón de páginas web. “Ese número no es solo una muestra de lo que una biblioteca puede hacer, sino del deseo colectivo de compartir conocimiento”, declaró Kahle recientemente.
En una sociedad saturada de información efímera y plataformas cerradas, iniciativas como esta recuerdan el valor de una memoria colectiva accesible, duradera y libre de intereses comerciales. El conocimiento público —el de todos— necesita custodios fiables. Y en pleno siglo XXI, esos guardianes también deben ser digitales.
¿Qué implica ser una biblioteca depositaria federal?
- Recibir publicaciones oficiales del Gobierno de EE. UU. para su conservación y acceso público.
- Formar parte de una red nacional coordinada por la GPO desde hace más de 200 años.
- Mantener colecciones físicas o digitales de documentos como informes ambientales, estadísticas económicas, registros legislativos, mapas y estudios científicos.
- Adaptarse al cambio de paradigma hacia lo digital, sin perder el compromiso con el servicio público.
Con esta designación, el Internet Archive consolida su papel como una institución clave en la transición de las bibliotecas tradicionales hacia nuevas formas de acceso al conocimiento. Porque en la era digital, preservar no es solo guardar: es hacer accesible, navegable y, sobre todo, útil para todos.