Los teléfonos de la familia Samsung Galaxy tienen un menú oculto que no todos conocen. Pese a que funcionan con el sistema operativo Android, Samsung le añade su propia interfaz TouchWiz para agregarle un diseño característico que hoy se ha convertido en seña de identidad de la marca.
A través de TouchWiz, Samsung agrega funciones especiales como los widgets, Air View, el asistente de voz S Voice y las multiventanas. También el menú de Ajustes presenta una apariencia diferente en relación a lo que ofrece la versión de Android tradicional, pero lo que muchos usuarios no saben es que existe un código especial que activa todo un menú repleto de opciones diferentes para sacarle el máximo provecho a tu smartphone.
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Al introducir este código en la aplicación para llamadas aparece una pantalla especial con diferentes opciones, este menú sirve para comprobar que el teléfono está funcionando correctamente y sin errores, una suerte de test de componentes que te permite trabajar por separado con los sensores, la pantalla o las teclas del teléfono y asegurarte que todo está funcionando como se debe.
Casi todos los teléfonos del mercado cuentan con un menú oculto de este tipo, el de Samsung se caracteriza por ser muy completo y fácil de utilizar. Cuando lo activamos aparece una matriz de cuadrados. Los tres primeros sirven para chequear la pantalla en busca de irregularidades o píxeles muertos.
El recuadro Black también sirve para chequear la uniformidad de la pantalla a través de un pantallazo negro. El botón Receiver testea los auriculares y también hay opciones para la vibración, el altavoz y la cámara frontal.
El apartado de sensores del menú secreto de Samsung es muy completo, pudiendo escoger entre el giroscopio, la brújula, los sensores de proximidad y detector de luz ambiente. En definitiva, una apuesta brillante para que los usuarios comprueben que su móvil funciona al máximo de su capacidad.