Formspring, una red social para meterse con los demás de forma anónima

En materia de redes sociales ya no puede haber nada que nos sorprenda. Las hay muy elaboradas, con temáticas muy específicas y contenidos muy profesionales, con texto de gran valor y ayuda entre usuarios, pero hay otras que realmente no tienen ninguna función realmente útil. ¿Por ejemplo?  Formspring.


En ella se invita a los usuarios a responder a preguntar sobre sus amigos bajo el anonimato, y en estas condiciones puede suceder cualquier cosa. Pues bien, en Estados Unidos se ha puerto de moda entre los adolescentes escribir comentarios ofensivos sobre sus compañeros de clase.

La red social fue creada a finales de noviembre de 2009, pero ha comenzado a ser popular en los últimos meses, y ahora cuenta con 135 millones de visitantes y más de 500 millones de preguntas contestadas. Los usuarios pueden importar a sus amigos de Facebook o Twitter y los mismos podrán empezar a convertirse en seguidores y preguntarles cualquier cosa sin necesidad de identificarse.

Para localizar a una persona sólo hay que poner su nombre, apellido o nick para buscarlo. Una vez localizado es tan simple como escribir una pregunta y enviarla.  Se puede preguntar lo que quieras a quién quieras, incluso cuando el propio usuarios no quiera, y si necesidad de identificarse. Ahora, sólo cuando la pregunta se responde se convierte en pública, con lo que los secretos y polémicas se evitarían si no se contestase a ellas. El problema es que se responde.

Toda esta maraña de preguntas y cotilleos de adolescentes salío a la luz debido a la investigación sobre la muerte de una joven de Long Island en marzo.

Los autores de esta herramienta han reconocido que desgraciadamente el mal uso de su producto puede potenciar el «ciber-Bullying», ya que transporta al mundo de las redes sociales el acoso de la vida real.  Aunque los creadores afirman que sólo es una parte muy pequeña de los 135 millones de usuarios los que las utilizan para hacer daño a los demás.

Según algunos usuarios, la parte positiva es que «puedes saber qué es lo que la gente realmente piensa y no se atreve a decirte». Lo malo es que ni todos son cosas bonita, ni todos las personas tienen la misma capacidad y autoestima para encajar la crítica, ni, sobre todo y más importante, no todas las personas saben donde está el límite de la integridad y la dignidad humana.

Más información: Formspring

Información: Efe

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