En 2023, la inteligencia artificial vivió una transformación con la llegada de ChatGPT 3.5, lo que impulsó su adopción masiva en diversos sectores. Según un informe de McKinsey, el 72% de las organizaciones incorporaron IA en sus operaciones, generando un potencial económico global de 4.4 billones de dólares. Sectores como la banca y el comercio minorista esperan impactos económicos significativos, con proyecciones de 340 mil millones y 660 mil millones de dólares, respectivamente.
Sin embargo, este rápido avance trae consigo riesgos considerables. Muchas empresas han implementado IA sin la preparación adecuada, como demostró el caso de Air Canada, donde un chatbot proporcionó información incorrecta sobre reembolsos, afectando su reputación. Las «alucinaciones» en los modelos de IA, respuestas sesgadas y problemas de seguridad son cada vez más comunes, amenazando con socavar la confianza del cliente rápidamente.
La confianza es esencial para el éxito de la IA. Sin sistemas confiables, su adopción se frena. Aspectos como la seguridad de datos, la verificación de respuestas y la protección contra contenido tóxico son vitales para construir esta confianza. Las empresas que adoptan políticas de «IA responsable» no sólo se alinean éticamente, sino que también pueden lograr mejores retornos de inversión.
La observabilidad en IA, que permite monitorear y entender el funcionamiento de estos sistemas, se perfila como fundamental para establecer confianza. Dan Brock, vicepresidente de éxito del cliente en Fiddler AI, destaca que la adopción de IA debe incluir un compromiso con la transparencia y seguridad, asegurando una integración efectiva y positiva a todos los niveles.