Spotify lleva apenas tres años entre nosotros (su tímido nacimiento se produjo en 2008), pero ya ha demostrado con creces que su éxito no es flor de un día. Es la opción preferente para quienes desean escuchar música sin necesidad de descargar nada a su ordenador, y muy empleado como hilo musical en establecimientos y restaurantes, superando a cualquier canal de radio tradicional.
Sin embargo, todos conocemos la noticia que nos sacudió en mayo de este año: las características de los perfiles gratuitos se reducían mucho más de lo acostumbrado, otorgando preferencia a quienes pagasen alguna de las cuotas mensuales. Los primeros sólo pueden utilizar diez horas al mes, y escuchar un mismo tema un máximo de cinco veces seguidas (¡adiós a esas canciones que nos machacan en la cabeza y necesitamos escuchar una y otra vez!). Por su parte, las cuentas de pago se dividen en “Unlimited” (aproximadamente 5 euros al mes) y “Premium” (unos diez euros al mes). Además de eliminar todas las restricciones anteriormente comentadas, así como la publicidad, la diferencia entre ambas es que “Unlimited” ofrece clientes para móviles iOS, Symbian y Android, además de poder oír las canciones que seleccionemos sin necesidad de estar conectados a Internet.
Muchos defensores a ultranza de la filosofía del “todo gratis” auguraron la muerte de Spotify al incluir estas otras nuevas opciones. Bien es cierto que quizás se excedieron con las limitaciones de los perfiles gratuitos, pero, todo sea dicho, el precio de la versión de pago tampoco es excesivamente costoso. El mundo de Internet quedó expectante ante la evolución que sufriría el servicio a partir de tan radical cambio: ¿abandonarían los usuarios el barco de manera masiva, o “pasarían por el aro”?
Evidentemente, ha habido un gran éxodo hacia otras páginas similares, como la popular Grooveshark, pero en suma podemos decir que el servicio de pago no ha afectado para nada a su crecimiento. En la actualidad, se estima que hay más de dos millones de usuarios que han aceptado gustosamente alguna de las dos opciones. Este hecho, unido a su desembarco reciente en Norteamérica, nos muestra que Spotify se encuentra, sin duda, más vigoroso que nunca, a pesar de los agoreros.
