Telegram, la popular plataforma de mensajería fundada por Pavel Durov, ha superado recientemente un hito histórico al alcanzar los 1.000 millones de usuarios activos mensuales. Con esta cifra, la aplicación se consolida como la segunda más utilizada del mundo en su categoría, únicamente superada por WhatsApp, excluyendo a la china WeChat del conteo internacional. Este logro marca un punto de inflexión en el panorama digital global, en el que Telegram continúa posicionándose como una alternativa sólida, segura e independiente frente a sus competidores.
Un crecimiento que no se detiene
El anuncio fue realizado en marzo de 2025 por el propio Durov a través de su canal personal en Telegram. Según sus palabras, no solo ha crecido el número de usuarios, sino también el nivel de compromiso con la aplicación: cada usuario abre Telegram unas 21 veces al día y pasa una media de 41 minutos diarios en la plataforma.
El ascenso de Telegram no es únicamente cuantitativo. En términos financieros, la compañía reportó ingresos de 547 millones de dólares durante 2024, un dato que demuestra la solidez de su modelo de negocio, pese a ofrecer un servicio esencialmente gratuito. El lanzamiento de Telegram Premium en 2022 ayudó a diversificar sus fuentes de ingresos sin comprometer su compromiso con la privacidad.
Durante el anuncio, Durov aprovechó para arremeter contra WhatsApp, a la que calificó como “una imitación barata y diluida”, acusándola de copiar funciones mientras invierte miles de millones en campañas de relaciones públicas y lobby.
De VK a Telegram: el origen de una cruzada
La historia de Telegram no puede entenderse sin conocer el contexto en el que nació. Fundada en 2013 por los hermanos Nikolái y Pável Dúrov, la plataforma fue concebida como respuesta a las crecientes presiones del gobierno ruso sobre la libertad digital. Pavel Durov, conocido por haber fundado la red social VKontakte (VK), fue forzado a abandonar Rusia tras negarse a colaborar con las autoridades en la entrega de datos de usuarios y la censura de contenidos.
Este exilio digital no detuvo sus ambiciones. Desde el inicio, Telegram se diseñó como un refugio digital con fuerte enfoque en la privacidad y el control del usuario sobre sus datos. Actualmente, la sede operativa se encuentra en Dubái y la empresa está legalmente registrada en las Islas Vírgenes Británicas, lo que refuerza su independencia frente a presiones estatales o corporativas.
Claves del éxito: seguridad, funciones y libertad
Telegram ha logrado diferenciarse gracias a su enfoque técnico y ético. A diferencia de otras plataformas, ha desarrollado su propio protocolo de cifrado para los chats secretos, permitiendo comunicaciones seguras, mensajes que se autodestruyen y un control total del usuario sobre su información.
Entre sus características más destacadas figuran:
- Grupos y canales de gran capacidad, públicos o privados.
- Posibilidad de enviar archivos sin límite de tipo y con gran capacidad.
- Un ecosistema de bots y herramientas que amplían sus funcionalidades.
- Actualizaciones frecuentes e innovaciones constantes.
Telegram también ha conseguido una adopción significativa por parte de comunidades técnicas, medios de comunicación, activistas y usuarios interesados en mantener su privacidad.
Desafíos legales y presión internacional
El crecimiento de Telegram ha traído consigo tensiones con gobiernos y corporaciones. Su negativa a colaborar en la censura o en el monitoreo de usuarios ha generado bloqueos en países como Rusia, Irán, China, Bielorrusia o, más recientemente, Brasil y España. En este último caso, el juez Santiago Pedraz ordenó el bloqueo temporal de la aplicación por la difusión no autorizada de contenidos audiovisuales protegidos por derechos de autor.
A nivel personal, Pavel Durov también ha enfrentado desafíos legales. En agosto de 2024, fue detenido en Francia por una investigación relacionada con contenidos ilegales distribuidos a través de Telegram, aunque fue liberado posteriormente y autorizado a regresar a Dubái.
Rumbo al futuro: más allá de la mensajería
Durov ha dejado claro que la historia de Telegram aún está en desarrollo. La empresa continúa explorando nuevas áreas tecnológicas, como la integración con blockchain, soluciones descentralizadas y sistemas de pagos digitales. Telegram ya ha coqueteado en el pasado con proyectos como TON (Telegram Open Network), y aunque tuvo que abandonarlos tras presiones regulatorias en Estados Unidos, su interés en las tecnologías descentralizadas se mantiene intacto.
En un contexto donde el control de los datos y la centralización tecnológica generan creciente desconfianza, el caso de Telegram representa un modelo alternativo, basado en principios de libertad, autonomía y resistencia a la vigilancia.
El éxito de Telegram, forjado en el exilio y sostenido por su comunidad global, es también una llamada de atención sobre las prioridades del mundo digital contemporáneo. Frente a los modelos comerciales de explotación masiva de datos, Durov y su equipo han demostrado que es posible construir una plataforma robusta, escalable y respetuosa con los usuarios.
Y según palabras del propio Durov, lo mejor aún está por venir.