Una de las grandes discusiones sobre los programas de mensajería instantánea es la verdadera influencia, positiva o negativa, que tienen en las relaciones. Hay quienes piensan que WhatsApp facilita el inicio de las relaciones, permitiendo conversaciones más distendidas y menos comprometidas para ir conociendo a la persona antes que animarse a una cita, y otros que defienden la ventaja de comunicarse en todo momento, con menos vergüenza y limitaciones, escudados en la virtualidad.
¿Todavía no elegiste tu postura? Compartimos algunas historias de malos entendidos y problemáticas típicas que pueden ayudarte a elegir cómo comportarte de acuerdo a WhatsApp y las relaciones.
No para de hablar
Uno de los momentos más incómodos con WhatsApp y las relaciones es cuando la otra persona no deja de hablarte en ningún momento. Mensajes que llegan a horas insólitas, temas de conversación que se vuelven aburridos porque ya se han mencionado irrepetibles veces. Lo mejor es detenerse a pensar, ser sinceros desde el principio y no forzar las charlas. Los temas importantes siempre es mejor conversarlos cara a cara.
Peleas por la hora de conexión y el doble tilde
Para algunos suena a broma, para otros es cuestión de vida o muerte. ¿Por qué no contestó tu mensaje si se conectó hace 10 minutos? Y ahora que puedes ver si leyó tu mensaje, ¿Por qué sigue sin contestar?
WhatsApp y las relaciones amorosas puede traer dolores de cabeza si no establecemos ciertas pautas. No siempre tenemos ganas de contestar, no siempre estamos obligados a hacerlo. No hay nada más molesto que una persona invasiva, si dejas eso en claro desde el principio te ahorrarás dolores de cabeza.
Manda mensajes en vez de llamar
¿Es un verdadero problema? Depende de cada persona, pero es cierto que organizar las cosas con una llamada por teléfono es mucho más práctico que tardar 30 minutos enviando y respondiendo mensajes de chat.