El debate sobre la privacidad en las redes sociales es algo que nunca pasa de moda. Parece que hay dos perfiles fundamentales entre los usuarios de las mismas: aquellos a quienes les encanta contar lo que hacen en cada momento, y quienes consideran que deben utilizarse sólo para comunicar lo más relevante. Tanto en un caso como en otro, siempre existe el deseo de que sólo las personas que realmente nos importan se enteren de nuestras vicisitudes.
Propuestas como los círculos de Google +, por ejemplo, sirven para delimitar terrenos y escoger qué contenidos llegarán a determinadas personas. Pero la red social Path va un punto más allá, determinando un máximo de contactos que podemos tener en nuestro perfil. No nos permite añadir más de 150 personas. Lo cual, bien pensado, ya es un número considerable. Al fin y al cabo, ¿consideráis que tenéis realmente 150 amigos en vuestra vida cotidiana?
Path se enfrenta, así, a esa tendencia de masificación que parece imperar en muchas redes sociales, donde el prestigio se mide únicamente por el número de seguidores o amigos, sin importar que no sepamos quiénes son ni una tercera parte de los mismos.
Por lo demás, Path funciona exactamente igual que cualquier otra red social, siendo muy similar a Facebook. Podemos compartir fotos, escribir comentarios y comunicar nuestro estado de ánimo. En lugar del tradicional “me gusta”, podemos mostrar nuestra impresión ante un comentario utilizando emoticonos, tanto alegres como tristes; una forma mucho más concreta de expresarnos y que evita equívocos.
Por el momento, Path sólo puede utilizarse en móviles. Desde su página web podemos descargar gratuitamente la aplicación para iPhone y Android. El hecho de que no pueda utilizarse desde el ordenador tiene que ver precisamente con esa concepción de “pequeño diario” (tal como se define en su misma página web) que podemos llevar con nosotros a todas partes.