Muchos de nosotros nos pasamos el día y la vida discutiendo acerca de lo que vimos o leímos en tal o cual red social. Desde las pioneras Facebook y Twitter, pasando por el boom de Instagram de este año, y las temáticas, como Foursquare o LinkedIn, estas plataformas forman parte de nuestro existir, así que vamos a analizar más profundamente de qué se tratan.
A nivel general, podemos decir que una red social es un sitio -o aplicación- en el que podemos crear un usuario con datos reales o ficticios, y que aunque se dividen en redes sociales internas y externas, nosotros solemos referir a las segundas, entre las que se encuentran las previamente mencionadas.
Más allá de eso, lo inherente a las redes sociales, desde el punto de vista humano, es la sensación o percepción de comunidad que existe entre todos los usuarios que forman parte de la misma. En el caso de que se necesite una invitación -o pedido de aceptación- para poder ingresar a esta página, el lazo de amistad se entabla de una forma aún más poderosa.
Actualmente, una de las principales discusiones de los especialistas en torno a las redes sociales tiene que ver con la privacidad en ellas, que ha sido sistemáticamente violada por la falta de conocimientos de los propios usuarios en algunos casos, y por la falta de legislaciones en la mayoría de ellos.
Más allá de todo lo mencionado hasta el momento, queda claro que las redes sociales han llegado para quedarse en la vida del hombre, para cambiarla poco a poco hasta ser parte incluso de los imaginarios sociales que solían ser más rígidos, y por qué no, para demostrarnos que la exposición de lo privado puede ser mucho más sencilla a partir de los dispositivos móviles con los que compartimos nuestras vida.