A la hora de elegir monitor, siempre solemos pensar en sus pulgadas, la tasa de refresco, la resolución y otros aspectos que miran a la calidad de la imagen. Desafortunadamente, esto hace que pasemos por alto un factor muy importante, que es lo que ofrece para poder colocarlo correctamente. Generalmente, esto se puede arreglar con soportes y herramientas adicionales, pero tenerlo presente al hacer la compra es esencial.
¿Por qué? Porque de ello depende que pueda ofrecer una configuración adecuada para nuestra postura. Esta es, a su vez, nuestra mayor aliada y nuestra peor enemiga. Porque una mala postura siempre deriva en lesiones, pero una buena postura puede mejorar nuestro bienestar. Y sí, algo tan aparentemente insignificante como es la altura del monitor puede cambiarlo todo.
Claves para saber a qué altura poner el monitor exactamente
Colocar un monitor correctamente es todo un arte. Muchas de las lesiones que tienen lugar en el entorno de trabajo, sobre todo en las oficinas, tienen que ver con una mala postura a la hora de trabajar. Mala postura que, en muchas ocasiones, se debe a la posición e inclinación del cuello. Cualquier giro, cualquier movimiento, cualquier cosa que no sea neutra hace que éste trabaje más de la cuenta.
Y, cuando trabaja más de la cuenta, al igual que una persona, se acaba cansando. El problema es que el cansancio en el cuello se convierte en contracturas, tensión, jaquecas y muchos problemas que cualquiera querría evitar. Para que esto no suceda, es fundamental saber cómo colocar el monitor, sobre todo, a qué altura debe ponerse.
A continuación vamos a ver las recomendaciones más importantes para colocarlo, al igual que algunas cosas que debes evitar por todos los medios si no quieres que tu cabeza, tu cuello, tus hombros o tu espalda sufran. Toma nota de todo, porque te va a venir de perlas a la hora de montar tu escritorio en el despacho, o incluso si vas a comprar una nueva pantalla y no sabes cómo valorar si vale la pena o no.
Recomendaciones fundamentales
La referencia fundamental para saber que el monitor está colocado a la altura adecuada parte del marco superior. Este debe estar alineado con la altura de los ojos o, al menos, un poco por debajo. Así, se consigue que todo el conjunto del tronco, el cuello y la cabeza se alineen y no haya ninguna carga inadecuada en la musculatura. Por eso, lo primero que tienes que contemplar a la hora de comprar tu monitor en tiendas como www.pcbox.com es que sea regulable en altura. Si tienes uno, y no cuenta con esa opción, busca un soporte que te lo permita.
¿Y qué hacer con un portátil? En ese caso, tienes a tu disposición muchos soportes distintos y hasta bandejas para colocar ordenadores portátiles. Además de ayudar a que se refrigere mejor, también ayuda a que esté a la altura correcta y no sufras lesiones. Eso sí, es más que probable que necesites un teclado y un ratón independientes en caso de que el soporte sea muy pronunciado.
Por supuesto, huelga decir que la pantalla siempre debe estar delante tuya, no en un lateral. Así ves directamente la información sin tener que mover el cuello y reduces las posibles lesiones. Por otra parte, es aconsejable que la pantalla siempre esté en perpendicular a la superficie en la que se encuentre o, al menos, en paralelo con tus ojos y cara. Sí es cierto que, en caso de que quede un poco por debajo, puedes inclinarla ligeramente para que toda la información sea fácilmente visible. No obstante, no hay que excederse.
Con esto, conseguirás una importante mejora tanto en tu comodidad como en tu productividad. Además, evitarás que aparezcan posibles trastornos musculares u óseos incluso. En caso de padecer cualquier patología o alteración derivada de lesiones de este tipo, una buena postura puede ayudar también en la recuperación. Ahora bien, solo si se mantiene una buena postura y se evitan ciertos errores habituales a la hora de colocar el monitor, o de colocarse frente a él. Vamos a ahondar en eso a continuación.
Lo que debes evitar
Tienes que intentar que tu cuello y tus hombros estén a la altura adecuada frente al monitor, empezando por no hacer que la cabeza se incline hacia atrás. Esto, que suele ocurrir cuando el monitor está demasiado alto, provoca que el centro de gravedad del cuerpo se desplace y la musculatura de la zona cervical tenga que estar trabajando constantemente. A la larga, con esto solo se consigue que se produzcan problemas articulares o incluso contracturas. Todo ello, obviamente, bastante dañino.
Por otra parte, si la pantalla se coloca a una altura demasiado baja, se consigue justo el efecto contrario. El riesgo de lesión sigue presente, pero esta vez no por la extensión, sino por la flexión. No es recomendable que el cuello se flexione más de 15 grados durante un largo periodo de tiempo. Hacerlo sobrecarga la musculatura, como explicamos antes.
Otra situación a evitar es colocar la pantalla a un lateral en relación con la posición del asiento. Haciendo esto, se fuerza a mantener la cabeza girada y, de nuevo, se está sobrecargando toda la zona del cuello. Los giros de más de 15 grados, también lateralmente, que sean prolongados, tampoco son recomendables. Todo esto debe evitarse siempre, procurando estar siempre frente a la pantalla y, como decíamos antes, con una altura que alinee el marco superior con la línea de los ojos.
Cualquiera de estas situaciones provoca una tensión muscular nada recomendable, sobre todo cuando hablamos de usar un monitor, algo que suele abarcar una buena cantidad de horas a lo largo del día. También es importante tener en cuenta aspectos como la iluminación de la habitación y la distancia a la pantalla, aunque aquí nuestra prioridad es la altura. Sea como fuere, hay que manejar todas esas variables para garantizar un uso adecuado de la pantalla, uno que no derive ni en problemas musculares, ni óseos, ni de visión.